Natillas caseras: receta para Thermomix

Receta ↓ Ángela Solar

Las natillas, ese postre eterno que evoca recuerdos de infancia, se transforman en una creación sublime con la ayuda de la Thermomix.

¿Quién puede resistirse a su textura cremosa y su dulce aroma? Las natillas son el broche de oro para cualquier comida en familia o el capricho ideal para una tarde de mimos. Imagina enriquecerlas con un toque de canela, la frescura del limón o la dulzura de la vainilla, y convertirlas en tu obra maestra.

Y para que el placer no termine, te invito a descubrir el bizcocho de yogur de limónde esta receta, esa maravilla esponjosa, o la fideuá con marisco, que promete ser la sensación de tu mesa.

Los imprescindibles de tu Thermomix

Para que tu Thermomix te regale unas natillas que te transporten a la niñez, necesitas estos ingredientes básicos pero esenciales.

• Leche entera – La base de toda natilla que se precie, asegúrate de que sea entera para una cremosidad sin igual. Si eres como yo, que no concibo unas natillas sin ese toque rico y denso, no te la juegues con leches ligeras.
• Huevos – Separa las yemas de las claras, porque ambas partes tienen su momento de gloria en esta receta. Las yemas aportarán esa textura sedosa y las claras montadas, la esponjosidad celestial.
• Azúcar – El dulzor que no puede faltar. ¿Te gusta más intenso o moderado? Tú decides la cantidad, pero recuerda que es el contrapunto perfecto a la vainilla.
• Maicena – El toque mágico para espesar y conseguir esa consistencia que hace que las cucharadas de natillas se queden pegadas a la memoria.
• Vainilla – Ya sea en extracto o con una vaina auténtica, este es el aroma que hace que unas natillas caseras sean inolvidables. ¿Has probado a usar vainilla en rama? Te animo a que lo hagas, la diferencia es abismal.

Preparando los ingredientes

Para que tus natillas caseras sean un éxito rotundo, el primer paso es mimar los ingredientes antes de que la Thermomix tome el relevo. Te voy a contar cómo hacerlo con cariño y precisión.

• Separación de yemas y claras – Aquí está el truco: rompe los huevos con suavidad y pasa la yema de una cáscara a otra hasta que toda la clara caiga en el bol. Así te aseguras de que las yemas queden intactas, listas para darle esa textura sedosa a tus natillas.
• Mezcla de yemas, azúcar y maicena – Con una varilla, bate las yemas junto al azúcar y la maicena. Hazlo con mimo hasta que la mezcla se vea lisa y sin un solo grumo. Este paso es fundamental para que tus natillas tengan esa consistencia cremosa que nos hace cerrar los ojos al probarlas.

¡La Thermomix es tu aliada perfecta para cocinar unas natillas cremosas y deliciosas en un abrir y cerrar de ojos! Olvídate de pasarte horas al fuego, con este método tendrás un postre de 10 en menos de lo que canta un gallo.

Recuerdo cuando mi abuela me enseñó a hacer natillas a la antigua usanza, ¡qué paciencia necesitaba! Ahora, gracias a la Thermomix, puedo disfrutar de este clásico de la repostería española sin tener que estar pendiente constantemente de que no se me peguen al fondo del cazo.

1. Para empezar, calienta la leche junto con la vainilla en el vaso de la Thermomix durante 8 minutos a 90ºC y velocidad 2.
2. Mientras tanto, añade la mezcla de yemas, azúcar y maicena al vaso y programa 5 minutos, temperatura 90ºC y velocidad 4.

¡El montaje de las claras a punto de nieve es el secreto para obtener unas natillas esponjosas y ligeras! Este paso puede parecer intimidante, pero con un poco de paciencia y los consejos adecuados, ¡lo conseguirás!

Las claras a punto de nieve aportan una textura suave y esponjosa a las natillas, ¡así que no te saltes este paso! Además, las natillas con claras a punto de nieve tienen menos calorías que las tradicionales, ¡así que es una opción más ligera y saludable!

1. Bate las claras en un recipiente limpio y seco hasta que consigas el punto deseado. Recuerda que las claras montan mejor a temperatura ambiente, así que sácalas de la nevera unos 30 minutos antes de empezar.
2. Incorpora las claras montadas a la mezcla de natillas con movimientos envolventes y suaves para no romper las burbujas de aire. Esto hará que las natillas queden esponjosas y ligeras.

¡Deja que las natillas se enfríen en la nevera durante al menos 2 horas antes de servir! Esto es súper importante para que adquieran la textura perfecta y todo su sabor.

Cuando era pequeña, mi abuela siempre me decía: "¡Las natillas están más ricas al día siguiente!" Y tenía razón, el tiempo de reposo en la nevera hace que se espese y se vuelvan más cremosas.

Para presentarlas, puedes espolvorear un poco de canela o azúcar glas por encima. ¡Queda delicioso! También puedes acompañarlas con galletas, bizcochos o frutas frescas.

Personalmente, me encanta servirlas en unas bonitas copas de postre y decorarlas con una ramita de canela o una fresa. ¡Es el toque final perfecto!