Natillas: receta de Arguiñano
Las natillas de Arguiñano son una delicia suave y cremosa que te transportará al paraíso de los postres caseros. ¡Su textura sedosa y su sabor irresistible te cautivarán desde el primer bocado! Preparar estas natillas es muy sencillo y solo te llevará unos minutos.
Los esenciales para unas natillas de ensueño
Para embarcarte en la aventura de crear unas natillas que harían sonreír al mismísimo Arguiñano, necesitarás unos pocos ingredientes que son la esencia de este postre clásico.
- Leche – Elige una de buena calidad, ya que es la base de nuestras natillas y su sabor lo impregna todo. ¿Entera, semidesnatada? Tú decides, según tus gustos y necesidades.
- Yemas – Son el corazón que da estructura a las natillas. Asegúrate de que estén frescas y, si puedes, de corral para un sabor incomparable.
- Azúcar – La dulzura no puede faltar. ¿Te atreves con azúcar moreno para un toque diferente?
- Maicena – Es el toque mágico para conseguir esa textura cremosa y sin grumos que todos buscamos. Una cucharadita es suficiente.
- Canela – No solo aporta sabor, sino que perfuma cada cucharada. Puedes usarla en rama al calentar la leche y espolvorear un poco en polvo al servir. ¿Por qué no experimentar con vainilla o cáscara de limón?
¡Empecemos con la elaboración de nuestra deliciosa mezcla para las natillas! En un bol, bate las yemas con energía hasta que adquieran una textura ligera y esponjosa. A continuación, añade el azúcar y sigue batiendo hasta que esté completamente integrado y la mezcla tenga un aspecto brillante.
Ahora viene el momento de incorporar la maicena, ese ingrediente mágico que nos ayudará a conseguir la textura perfecta para nuestras natillas. Agrega la maicena poco a poco, mezclando bien entre cada adición para evitar la formación de grumos. Cuando hayas incorporado toda la maicena, verás que la mezcla tiene una consistencia suave y uniforme.
Si prefieres, puedes utilizar un batidor eléctrico para facilitar el proceso de batido y asegurarte de obtener una mezcla homogénea y sin grumos. ¡Ya tienes lista tu mezcla para las natillas!
¡Es hora de pasar a la acción y cocinar estas deliciosas natillas! Lo primero que vamos a hacer es calentar la leche en un cazo a fuego medio. Si eres como yo y te encanta la canela, ¡este paso te va a encantar! Añade una rama de canela al cazo y deja que la leche se infusione durante 10 minutos para darle un toque de sabor increíble.
Una vez que hayan pasado los 10 minutos, retira la canela y añade la mezcla de yemas y azúcar a la leche. Ahora viene la parte más importante: remover continuamente a fuego lento hasta que las natillas espesen. ¡No te preocupes si al principio parece que no va a espesar, paciencia y sigue removiendo!
¡Ya estamos cerca del final! Una vez que tus natillas estén listas y espesas, déjalas enfriar a temperatura ambiente durante unos minutos. Recuerda que la paciencia es clave en la cocina, así que tómate tu tiempo y disfruta del delicioso aroma a canela que inunda tu cocina.
Después de enfriarlas un poco, cúbrelas con un film transparente y refrigéralas durante al menos 2 horas. ¡Confía en mí, la espera merecerá la pena! Esto ayudará a que las natillas se asienten y adquieran la textura perfecta.
Cuando estén listas para servir, vierte las natillas en copas o cuencos individuales. Yo suelo usar copas de postre para darles un toque elegante, pero tú eliges el recipiente que más te guste.
Para darles el toque final, espolvorea canela en polvo por encima. Si prefieres un sabor más dulce, puedes sustituir la canela por azúcar glas o vainilla en polvo. ¡Buen provecho!
Receta
Natillas de Arguiñano
Tiempo de preparación: 20 minutos
Una receta clásica de natillas caseras que te transportará a la infancia con cada cucharada.
Ingredientes
- 500 ml de leche entera
- 4 yemas de huevo
- 120 g de azúcar
- 1 cucharada de maicena
- 1 rama de canela
Instrucciones paso a paso
- En un bol, bate las yemas y añade el azúcar. Mezcla bien hasta que la mezcla esté homogénea y sin grumos.
- Incorpora la maicena a la mezcla de yemas y azúcar, y sigue batiendo hasta que esté completamente integrada.
- En una cazuela, calienta la leche a fuego medio y añade la rama de canela. Remueve suavemente para que la leche se caliente uniformemente.
- Cuando la leche esté caliente, pero sin llegar a hervir, retira la rama de canela y ve vertiendo la mezcla de yemas en la leche, sin dejar de remover con una varilla.
- Continúa cocinando a fuego lento, sin dejar de remover, hasta que la mezcla espese y adquiera la textura deseada de natillas.
Notas:
- Para evitar que se formen grumos, asegúrate de que la leche esté caliente, pero no hirviendo, cuando añadas la mezcla de yemas.
- Si prefieres un sabor más intenso de canela, puedes espolvorear un poco de canela en polvo sobre las natillas antes de servir.
- Las natillas se pueden conservar en la nevera durante 2-3 días en un recipiente hermético.